Enraizada en el territorio
Pisando la tierra, pendiente del cielo, de la energía del sol y de la lluvia, consciente de los cambios de las estaciones. No quiero ser una consultoría que vive en su burbuja online.
Visirius es un proyecto creado y hecho realidad día a día por Amanda Figueras Giménez, socióloga de formación, analista de profesión y, desde 2015, emprendedora por vocación.
Con más de 15 años de experiencia en institutos de investigación de mercados y consultorías para grandes empresas multisectoriales, creo Visirius con la misión de hacer accesibles las técnicas de consultoría aprendidas a lo largo de mi carrera, para que las organizaciones pequeñas se empoderen por dentro y hacia fuera sacando rendimiento de la información que tienen al alcance.
¿Por qué creo Visirius?
Por el convencimiento que otra economía es posible… ¡y otra consultoría también!
Una consultoría de la economía social, que trabaja para que los territorios más allá de las áreas metropolitanas tengan un tejido productivo próspero y sostenible. Creo en un mundo mejor y quiero crear un mundo mejor.
¿Cómo nace Visirius?
Como muchos proyectos emprendedores, Visirius nace a raíz de un momento difícil. Vivía en Madrid desde hacía unos años y a los 38 tuve la temida crisis de los 40. De repente me quedé sin voz, operación en las cuerdas vocales y durante un tiempo solo pude escuchar mi voz interna que me dijo: “toda crisis esconde una oportunidad y ésta es la tuya; a ver qué haces con ella». En un momento vital oscuro y silencioso se fraguó mi nueva voz. Se estaba gestando Visirius, aunque en ese momento sólo sentía miedo dentro y un abismo delante.
¿De dónde sale el nombre de Visirius?
Una tarde, pensando en el proyecto, me puse a jugar con las palabras vino y corcho (vi y suro, en catalán) y sin saber cómo ni porqué escribí la palabra Visirius. Me gustó el juego sonoro con Be Serious (sé seria, en inglés; and I’m serious!) Contenía a Sirius, una estrella “que brilla en muchos colores” según la describió Hesíodo, filósofo de la Antigua Grecia, en su poemario Trabajos y días. La pronuncié varias veces, sorprendida de haber inventado una palabra que contenía tantos significados para mí. Guardo esa libreta y la foto de ese momento que hizo mi madre al levantarse de la siesta y contarle lo que acababa de suceder. Lo más trascendente escondido en lo más sencillo.
¿Qué vínculo tiene Visirius con el mundo del vino?
Dejé Madrid con el corazón en un puño, sintiendo que la gran metrópolis no era el lugar donde crear lo que sentía latir. Y volví a Cataluña, al Penedès, la tierra de mi familia paterna. Visirius quería nacer en contacto con el mundo rural.
Uno de los ejercicios que hice fue identificar qué características quería que tuviera “esta otra consultoría posible”.
Quería que Visirius fuera una consultoría:
¿Qué quiere transmitir el logo V de Visirius?
Un momento clave en el mundo vitivinícola es aquél en el que la uva cambia de estado y pasa de ser fruto a empezar a ser líquido, justo cuando el tractor vuelca la carga en la tolva. Visirius, dando vida a los datos, pretende cambiar su estado: de ser información en bruto a ser conocimiento de valor.
Y así me presento, convencida que vale la pena este esfuerzo por transmitir el valor del análisis de datos, difundir la cultura de los indicadores, hacer accesibles las técnicas de Business Intelligence a organizaciones que quieran fortalecerse, democratizar el acceso a una consultora como alguien que te ayuda a parar para reflexionar -algo tan necesario- y te aporta estructuras y un punto de vista externo para enriquecer el tuyo.
A mí esta aventura de emprender me enriquece cada día…